PRÓLOGO
Desde
que empecé en esta profesión he pensado que la mejor manera de hacer aprender a
los alumnos y las alumnas es que creen sus propios objetos de estudio o el
resultado de su proceso de aprendizaje. Los niños son creativos por naturaleza.
Es lo que más les gusta: crear cosas, mostrarlas y que se las valoren.
Se da la circunstancia de que los alumnos de
reciente ingreso en el centro necesitan un proceso de adaptación al nuevo
entorno. Los compañeros y compañeras, los profesores y profesoras, las nuevas asignaturas
y una metodología que en muchos casos es desconocida para ellos y ellas son
obstáculos a los que hay que ayudarlos a superar.
En
Primaria, los alumnos y alumnas basan su proceso de enseñanza-aprendizaje en
muchos casos en la producción de textos propios, de murales explicativos, de
exposiciones orales, etc. Esta dinámica participativa les hace sentirse
protagonistas y por lo tanto seguros de sí ante los retos de los nuevos
aprendizajes.
Por
esta causa, convoco cada curso escolar a los alumnos de 1º ESO a un concurso de
relatos literarios en los que den rienda suelta a su creatividad y donde pongan
de manifiesto lo aprendido, pues la lengua no es más que un instrumento para
comunicarnos y para expresar el pensamiento y las emociones. Así que, qué mejor
manera de hacerlo.
Al
escribir relatos conocen las propiedades de un texto, las particularidades del
lenguaje literario, los géneros literarios, los tipos de discurso y sus
técnicas (narrativo, descriptivo, dialogado), los fenómenos léxico-semánticos
(sinonimia, antonimia, polisemia, hiponimia, hiperonimia…), morfología y
sintaxis (como construir los enunciados), ortografía… Y todo a partir del
juego, de la libre voluntad creadora, de su inventiva.
Es
una experiencia siempre gratificante que arroja resultados espectaculares como,
afortunadamente, vamos a tener oportunidad de comprobar en estas páginas.
Enhorabuena a los
ganadores, a todos los participantes y a disfrutar.
Gustavo Lobato
Muñiz, profesor de Lengua española y Literatura.
BASES
DEL CONCURSO DE RELATOS DE 1º ESO C
1.
Tienen la obligación de participar todas
las alumnas y todos los alumnos del grupo de 1º ESO C.
2.
Los trabajos se presentarán en folios en
blanco, manuscritos, con letra clara, sin tachones, debidamente grapados si
consta de más de una página y con portada que llevará el título y el nombre de
la alumna o el alumno.
3.
El plazo de presentación de trabajos
acaba el martes 19 de febrero a las 10 de la mañana, fecha y hora a partir de
las cuales no se admitirá ningún trabajo.
4.
Los trabajos se presentarán
entregándoselos en mano al profesor de Lengua y Literatura del grupo de 1º ESO
C en cualquiera de las sesiones de clase o en cualquier otro momento de la
jornada lectiva.
5.
El relato es de tema libre con una
extensión mínima de treinta líneas.
6.
Deberá ser escrito de acuerdo con las
reglas del texto narrativo en cuanto al narrador, los personajes y el uso de
los diálogos y la descripción del lugar donde se produzcan los hechos.
7.
En los diálogos se deberá usar al menos
una vez el estilo directo y al menos una vez el estilo indirecto.
8.
Se deberá tener en cuenta la estructura
de un texto narrativo: presentación, nudo, desenlace.
9.
El desenlace deberá responder a una de
estas tres posibilidades: final cerrado (La historia acaba ahí. No hay posibilidad
de que pueda continuar); final abierto (La historia podría ser continuada
porque no todos los aspectos han sido resueltos o aclarados); final
sorprendente (Cuando el desenlace se acerca, la historia da un giro inesperado
y termina con una sorpresa que no se esperaba)
10.
Se establecen tres premios:
·
1º premio: publicación en la página web
del centro, en el blog La Biblioteca de Babel, exposición en los pasillos del
centro y calificación positiva equivalente a 10 en el bloque de Literatura en
lo que respecta a la producción de textos propios.
·
2º premio: publicación en el blog La
Biblioteca de Babel, exposición en los pasillos del centro y calificación
positiva equivalente a 8 en el bloque de Literatura en lo que respecta a la
producción de textos propios.
·
3º premio: publicación en el blog La
Biblioteca de Babel, exposición en los pasillos del centro y calificación
positiva equivalente a 7 en el bloque de Literatura en lo que respecta a
producción de textos propios.
11.
El resto de relatos obtendrán la
calificación que el jurado estime a efectos de evaluación del bloque de
Literatura en lo que respecta a la producción de textos propios.
12.
La no participación en este concurso
supondrá una calificación negativa de 0 en el bloque de Literatura en lo que
respecta a la producción de textos propios.
13.
El jurado lo compondrá el profesor de
Lengua y Literatura del grupo asesorado por el resto de miembros del
Departamento de Lengua y Literatura.
14.
El fallo del jurado será inapelable y se
hará público el martes 26 de febrero.
15.
La participación en este concurso supone
la aceptación de todas y cada una de las bases.
FALLO DEL JURADO
Por
la presente se hace público el fallo del jurado del I Premio de Relatos cortos
de El Pastorcito, dotado con tres premios:
1º:
Obsequio de un libro, calificación equivalente a 10 en el estándar de evaluación “Creación de textos propios de
carácter literario”, dentro del bloque de contenidos Estudio de la Literatura, en la página web del centro, en los
pasillos del centro y en el blog digital Labibliotecadebabel@blogspot.com.
2º:
Obsequio de un libro, calificación equivalente a la nota que haya obtenido en
el trabajo o como mínimo 9 en el
estándar de evaluación “Creación de textos propios de carácter literario”,
dentro del bloque de contenidos Estudio
de la Literatura, publicación en los pasillos del centro y en el blog
digital Labibliotecadebabel@blogspot.com.
3º:
Obsequio de un libro, calificación equivalente a la nota que haya obtenido en
el trabajo o como mínimo 8 en el
estándar de evaluación “Creación de textos propios de carácter literario”,
dentro del bloque de contenidos Estudio
de la Literatura, publicación en los pasillos del centro y en el blog
digital Labibliotecadebabel@blogspot.com.
En
este caso, los premios han recaído en:
PREMIO
1º: Alba Gutiérrez Escobar ex equo María Orozco Rodríguez.
PREMIO
2º: Cleofás Rivero Guerrero ex equo Ángela Valle Asencio.
PREMIO
3º: Gonzalo Martín Barragán ex equo Daniel Sola Bruque.
Asimismo,
este jurado se guarda la posibilidad de hacer menciones especiales a aquellos
relatos que sin haber sido ganadores de ninguno de los tres premios, merecen
esas distinciones.
En
este caso, queremos hacer mención especial a: Manuel Rodríguez Ruiz e Iván Ruiz
Dana.
¡Enhorabuena a todas y todos!
PRIMER PREMIO (EX EQUO)
Un
lugar especial
Eric es un niño de 11 años, alto,
delgado, con los ojos azules y muy blanquito de piel. Es agradable y simpático
y tiene un corazón enorme. Él vive con su madre Ada, ya que su padre falleció
el 23 de febrero del año pasado. Ada es una mujer de 40 años, muy atrevida y
aventurera. Además de guapísima. Es todo un referente para su hijo.
El 3 de mayo fue el cumpleaños de Eric.
Mientras este jugaba con sus compañeros de clase, la madre hablaba con sus
amigas y una de las cosas que dijo fue que se quería mudar, pues la casa era
demasiado grande para su hijo y para ella. Cuando lo comentó, todas las amigas
la apoyaron. Es más, le dijeron posibles sitios donde podrían ir a preguntar
precios. Después de una larga charla tocaría comer.
˗Eric, la tarta. Avisa a todos tus
amigos para que vengan a comer ˗dijo Ada.
˗Ya voy, mamá, pero, ¿no podemos
quedarnos a jugar un poquito más? ˗preguntó Eric.
˗No. Ya es tarde. Cuando termines de
soplar las velas y hayáis comido un poco podréis iros a jugar.
˗Vale, avisaré a todos ˗afirmó el
chiquillo.
Entonces fue corriendo, llamó a los
amigos y, ahora sí, sonó la canción de todos los cumpleaños. Cuando se terminó,
Eric sopló las velas y abrió los regalos. «Toma. Espero que te guste», le dijo
María. Eric se lo agradeció y le dijo que seguro que le encantaría. El regalo
de esta niña era el último, aunque todavía faltaba el de su madre que se lo
daría cuando estuvieran en casa.
Ya era tarde y las madres decidieron
llevarse a los niños. Ada y Eric se quedaron recogiendo durante unos minutos y
tuvieron una charla bastante bonita.
˗Mamá, muchas gracias por haberme
celebrado así el cumpleaños. Estoy seguro de que nunca lo olvidaré.
˗A mí no me cuesta nada hacer algo
por ti, siempre que te vea feliz.
˗El único problema es que ha faltado
una persona que era muy importante para mí: papá.
˗Ya lo sé, pero estoy segura de que
estará muy orgulloso de ti, esté donde esté.
Después de dejarlo todo tal y como
estaba cuando llegaron, se fueron a casa y la madre le dijo que la semana que
viene irían a ver una casa para mudarse. Aunque Eric no le echó mucha cuenta,
pues estaba ansioso por ver el regalo.
Se llevó un tiempo contemplando la bolsa hasta que finalmente la abrió. Era un
hermoso diario que había empezado a escribir su padre unos cuantos días antes
de fallecer. Además de eso, también venía una foto de la comunión de Eric,
cuando aún vivía su padre.
El niño, muy contento, le dio las
gracias a su madre y se fue a dormir pensando en el diario. Al día siguiente,
cuando se levantó, lo abrió y lo empezó a leer, aunque lo único que ponía era
«Un lugar especial». Al principio, cuando lo leyó, no entendió nada, pero al
final, después de todo un día se dio cuenta de que eso tendría que ser una
pista.
Ya pasó la semana y llegó la hora de
ir a ver la casa. Estaba situada en el centro de la ciudad y por fuera era un
lugar muy bonito. La fachada era blanca y tenía un balcón de un buen tamaño con
flores. Cuando entraron se dieron cuenta de que aquella casa era la de sus
sueños. Era muy luminosa y pequeñita, como ellos querían. Tenía un toque
moderno y la chimenea que tenía le daba un aspecto muy especial. Pero, ¿estaría
la vivienda a su alcance económico? Pues sí. Era bastante barata y estaba
totalmente amueblada, así que a los pocos días se fueron a vivir a aquella
casa.
En el momento en el que entraron, el
niño se dio cuenta de que aquel lugar tendría algo que ver con la pista del
diario, pues eso sí que era un sitio especial. Eric se fue directo a su
habitación, específicamente al escritorio. Allí había una pequeña llave dorada
en la que ponía escrita una palabra que no entendía, así que no dudó en llamar
a su madre.
˗¡Mami, mira lo que me he encontrado
en mi habitación!
˗¡Ya voy! ˗respondió la madre
gritando.
˗Acabo de abrir la llave del
escritorio y me he encontrado esta pequeña llave dorada.
˗Es muy bonita.
˗Sí, pero tengo un problema. ¿Qué
pone aquí?
˗Pues, mira. La palabra escrita es
«libro».
˗Ah, vale, mamá. Muchas gracias.
Seguiré investigando.
Después de saber ya lo que ponía
escrito en la llave se paró a pensar un rato y se dio cuenta de que la solución
a esa pista tendría que estar en algún lugar de su casa donde hubiera muchos
libros. Pero hubo un problema, Eric no sabía dónde podían estar, así que se
recorrió toda la casa de arriba abajo y no lo encontró.
˗Mamá, ¿tú has visto algún lugar en
esta casa donde haya muchos libros?
˗Sí, en mi habitación. Hay una
estantería con una enorme colección.
˗Vale, pues voy para allá.
Al llegar observó toda la habitación
y se dio cuenta de que debajo de la estantería había una cerradura, así que
metió la llave y un libro se iluminó. Eric lo sacó y leyó el título. Se llamaba
Una chimenea especial. Lo primero que
pensó fue que sería muy aburrido, pero luego se dio cuenta de que la siguiente
pista estaría en la chimenea tan bonita que tenía la casa. El niño fue
corriendo y la observó de cerca, dándose cuenta de que tenía un botón que el
chico no dudó en apretar. Cuando lo pulsó, la chimenea se movió dejando la
entrada libre a un pasadizo secreto. Era un pequeño y estrecho pasillo que
estaba muy oscuro y solo tenía unos metros de longitud. Eric iba andando por él
muy feliz, aunque sin ver nada, pero llegó a un punto en el que se encendió una
luz y en ese momento, él pudo ver un enorme libro que estaba flotando. El
chiquillo lo cogió y se dio media vuelta. Luego se sentó en el salón, lo abrió
y era el diario de su padre desde que era pequeño hasta que lo acabó, que fue
un mes antes de que falleciera.
Eric lo leyó entusiasmado, porque
así podía conocer a fondo la vida de su padre, pero nunca le quedó clara una
cosa: cómo el diario pudo llegar hasta allí. Pero bueno, eso es otra historia
que ya investigaría más adelante. Ahora se centraría en el tesoro que le había
dejado su padre.
Alba
Gutiérrez Escobar. 1º ESO C
PRIMER PREMIO (EX EQUO)
El
sueño
Una niña llamada Rocío tenía mucha
imaginación. Rocío cuando se iba a dormir soñaba que se adentraba en un mundo
algo extraño, pero a la vez divertido. En ese sueño había nubes de colores del
arcoíris, animales que hablaban, peces de colores, unicornios… Y el sueño es…
Rocío, una niña divertida,
inteligente, amable, simpática,… Ella no sabía dónde estaba. Rocío suponía que
era uno de esos sitios que si llegas hasta el final encontraría la salida. Así
que ella caminó muy despacio por cierto, porque todo era tan raro y tan bonito.
De repente, Rocío escuchó algo o a
alguien llorar, y en vez de seguir su camino decidió ver qué era. Al llegar al
sitio donde se escuchaban los llantos encontró a otra niña.
˗Hola, ¿qué estás haciendo aquí? ˗le
preguntó Rocío.
˗No sé dónde estoy ˗contestó ella.
˗¿Cómo te llamas? ˗volvió a
preguntar Rocío.
˗Me llamo Sandra.
Rocío cogió las dos manos de Sandra,
la puso de pie y le dijo:
˗¿Qué te parece si vamos las dos
juntas hasta el final?
˗Vale ˗respondió Sandra.
Rocío y Sandra fueron andando,
hablando y a la vez mirando todo a su alrededor. Rocío escuchó un ruido y
decidió mirar atrás. Anduvo dos o tres pasos y… «¡Ay!», gritó.
Se
tropezó con una tortuga que iba para el río. Al levantarse le dijo a la
tortuga:
˗Lo siento, señora tortuga. Es que
no la había visto.
˗No te preocupes, jovencita, pero la
próxima vez mira antes de andar ˗respondió la tortuga.
Rocío para ayudarla la llevó hasta
el río y la soltó ya en el agua. «Gracias, jovencita», dijo la tortuga. Después
de todo este suceso Rocío y Sandro siguieron su camino. Se pararon en un árbol
para descansar. Pero Sandra tenía mucha hambre, se tumbó y al mirar hacia
arriba vio que el árbol era entero de chocolate y empezó a comer y comer. Después
de un rato se levantaron y siguieron caminando.
Se encontraron con un unicornio
hembra embarazada. Sin esperárselo el unicornio empezó a parir y por primera
vez Sandra y Rocío vieron a una cría de unicornio. Después de estar un buen
rato con la cría decidieron seguir su camino.
Después de dos días andando por fin
encontraron la salida, pero… sin esperárselo ocurrió que…
María
Orozco Rodríguez. 1º ESO C
SEGUNDO PREMIO (EX
EQUO)
La
inmortal
Hola, mi nombre es Cathy y os voy a
contar la historia de mi vida. En primer lugar he de decir que soy inmortal y
tengo 15 años. Nací inmortal no sé por qué, sólo que soy así. Pero no os
penséis que tengo una vida y esa me durará siempre. Aparte de ser inmortal
tengo otra «cualidad», por así decirlo. No puedo vivir más de 10 años con una
familia, a veces incluso menos. Lo peor es que mi familia también muere (la
mayoría en accidentes de tráfico).
Esto no se lo he contado a nadie
(salvo a vosotros, mis queridos lectores), porque podrían venir a hacerme experimentos.
Pero por eso tenemos el Club de las Inmortales que son y serán siempre
inmortales. Como cada club tenemos unos integrantes que son: Chia, Becky,
Lourdes, Lilith y la más importante, Frida.
Frida es digámoslo así como nuestro
pilar. A ella acudimos para contarle nuestros problemas. Es muy sabia.
Lilith es…cómo decirlo…cabezota.
Pero es una valiente. Veréis: a nosotras (porque sólo somos mujeres) los
conocimientos que adquirimos en otra vida se nos quedan para la siguiente. Es
decir, que en nuestra segunda vida hablamos muy temprano y somos muy
inteligentes. Esto a muchos mortales les resulta diferente (y la mayoría no
quiere nada diferente) y optan por abandonar. No ha tenido una familia en años
(tiene 20)
Lourdes es muy sensible y se empeña
en buscar una cura para el cáncer. Tiene 19 años.
Becky por desgracia es
esquizofrénica y todavía no ha tenido padres. Tiene 19 años y su sueño es
cantar.
Chia es la alegría de la huerta. Es
la más joven de todas. Por ahora le va bien, aunque lo pasó un poco mal al
principio. Tiene 11 años.
Después estoy yo (un caso aparte).
Cada vez que «muero» voy en carretera escuchando música de Billie Brown.
Billie Brown es otra extraordinaria,
que se me olvidó mencionar. Veréis: ella también es inmortal, pero eso de la
fama y todo lo demás, la obligó a irse, debido a que un espía vigilaba todos
sus pasos.
Todo iba genial por nuestro club,
teníamos unas amigas fantásticas, un club fantástico. Lo teníamos todo, todo.
Hasta que Calíope apareció. Cuenta la leyenda que Calíope perteneció al club,
pero la expulsaron por delatarnos. Una de las pocas veces que apareció dijo lo
siguiente: «Os haré la vida imposible y siempre estaré presente cuando no me
veáis.». Desde entonces llevamos pistolas encima para suicidarnos, debido a que
no podemos hacer nada contra ella.
Recuerdo el día que hablamos de
Calíope. Recuerdo perfectamente la conversación:
˗Bueno, chicas, ¿cómo os va? ˗preguntó
Frida.
˗Bien ˗respondimos Lourdes, Becky y
yo a la vez. Entonces intervino Lilith: ˗¡¿Cómo que bien?! Todas hemos sentido
la presencia de…bueno…de ella. No lo ignoréis, chicas.
˗A mí sólo me molesta ˗dijo Lourdes.
Entonces Chia añadió:
˗Ya, pero a mí me estorba.
Se formó un insonoro silencio en la
sala. Todo estaba tan silencioso que podíamos oír la sangre correr por nuestras
venas; tan silenciosa que en comparación con esa sala, la galaxia era
bulliciosa.
Las paredes susurraban, las sillas
crujían y en las ventanas se podía oír la transparencia del cristal. Hasta que
Frida intervino: «Chicas, calmémonos. Os tengo que contar algo sobre Billie.».
En ese momento Frida empezó a hablar sobre lo de Billie.
Pasaron unos días muy malos para
todas, pero no sabíamos verdaderamente a qué nos enfrentábamos.
Las inmortales como nosotras tenemos
una debilidad: una debilidad tan grande que podría destruir a la más fuerte;
una debilidad que nos mata sin darnos cuenta; una debilidad que si nos atacan
supera la inmortalidad. Calíope lo sabía, sabía esa debilidad y creó un arma
capaz de destrozar ese pequeño punto débil: nuestro corazón. Esa es la clave de
la inmortalidad. Nuestro corazón es muy fuerte. Más fuerte que la Tierra y el
Sol, más fuerte que la gravedad.
Por ese motivo somos inmortales. Os
cuento: cuando nacemos nuestra primera madre es inmortal y tenemos una marca en
el dedo índice derecho. Aparte de esta dimensión (la Tierra) tenemos otra vida.
Nuestra dimensión es llamada Achus. Esta dimensión es a la que van nuestros
calcetines de la lavadora; el lugar perfecto para escondernos.
Recuerdo el día en el que vencimos a
Calíope. Era una reunión cualquiera hasta que ella apareció. No teníamos ni
idea verdaderamente de a quién nos enfrentábamos.
˗Y bien, pues yo soy la que…
˗hablaba Lilith cuando la interrumpió Lourdes.
˗¡Shhh! ¿La veis, la escucháis, la
sentís? ˗preguntó.
Era cierto: algo raro había en esa
sala. Y entonces escuchamos algo.
˗¿Calíope? ˗dijimos todas a coro.
˗¿Billie Brown? Billie Brown, ¿eres
tú? ˗intervine yo a solas.
Entonces salió. Todas nos quedamos
boquiabiertas, se nos heló la sangre en un instante. Pero de un momento para
otro, todas tragamos saliva y dijimos: «¡Calíope!».
˗Claro, ahora todo tiene sentido ˗dijo
Lilith, que se armó de valor˗. Muy original. Calíope, en griego «voz hermosa» y
tú eres cantante.
˗¡Chica lista, Lilith! ˗contestó˗. Ay,
Lilith, Lilith, mi querida Lilith. Siempre fuiste la menos irritante. Una pena
que tenga que destruirte. Y pensar que nunca llegarás a ser arqueóloga. Tu
sueño, ¿verdad? ¡Ja ja ja ja! ˗dijo y en ese momento nos faltaba el aliento.
Hasta que la propia Calíope rompió a llorar.
˗Tanto, tanto tiempo, tantos años juntas
y ahora no puedo hacerlo ˗se lamentó˗. ¡Tengo el arma que necesito y no puedo
hacerlo!.
˗No pasa nada ˗dijo Frida al acercarse a
ella˗. Te daremos una segunda oportunidad.
Pero entonces la expresión de la cara de
Calíope cambió y le apareció una escalofriante sonrisa.
˗¿Qué te has creído? ˗dijo y disparó a
Frida con su arma.
Frida murió; estaba muerta y todas
llorábamos pero Chia se armó de valor, le quitó el arma a Calíope y le disparó.
Nadie nunca sabrá verdaderamente si
Calíope murió o desapareció. Aunque a día de hoy seguimos notando su presencia.
Ángela
Valle Asencio. 1º ESO C
SEGUNDO PREMIO (EX
EQUO)
De
pobre a famoso
Llegaba
con demora y no era la primera vez aunque más valía tarde que nunca. Trabajaba
en el restaurante del Sugar Street y sabía que pronto me despedirían. No me he
presentado. Me llamo Jake Johnson. Luego del trabajo me iba a casa con mi
familia, mi esposa Susan y mi hijo Tobias. Susan trabajaba en el campo cuidando
vacas y cerdos, tenía que levantarse a las cinco de la mañana y volvía a las
doce de la noche. Por lo que yo cuidaba de mi hijo y de mi casa la mayoría del
tiempo.
Mi
hijo siempre decía: «¿Y mamá?».
Solo
la veía el fin de semana.
Ya
que nos pagaban muy poco, intentábamos darle un buen aprendizaje a nuestro hijo
para que se convirtiera en una persona de provecho el día de mañana.
Transcurridos
cinco años, nuestro hijo se apuntó al conservatorio, se sacó cinco masters y
avanzó dos cursos en el colegio.
Después
de veinticuatro años terminó el conservatorio, obtuvo dos Grammies, dos Nobel de Física y Química y fue el orgullo
para nosotros, sus padres.
Su
madre aprovechó para jubilarse y poder pasar más tiempo con su hijo.
Se
estrenó en la Filarmónica de Berlín, luego en la de Viena y por último, en la
de Los Ángeles, donde le pusieron su propia estatua.
Así
murió en paz.
Cleofás
Rivero Guerrero. 1º ESO C
TERCER PREMIO (EX EQUO)
La
vieja rosa
Una niña llamada Rosa estaba en sus
vacaciones de verano. Ella les insistía a sus padres para que le dejaran ir al
campamento de su vida. El campamento enseñaba a cantar, actuar, dibujar y tocar
instrumentos. A Rosa le encantaba aprender nuevas cosas. Para sus compañeros de
la escuela su apodo era «Nerd». Rosa hacía cualquier cosa para que al menos le
dijeran: «Vamos a ver».
Un día de diciembre los padres la
llamaron. Entusiasmada bajó parea oír la noticia. «Vas a ir al campamento, pero
no exactamente al que querías ir. Es más o menos similar», le dijeron. Con una
cara de enfadada que le ocupaba media cabeza, Rosa dio la vuelta y subió a su
cuarto nuevamente.
A la mañana siguiente la madre le
despertó a las 7:50. Tenía una valija a su lado ya hecha y la ropa que se tenía
que poner para ir al campamento. «¿Ya hoy tengo que ir al campamento? ¿No es
demasiado pronto?», dijo con cara de dormida.
Cuando el autobús la pasó a buscar, le
tocó el asiento de al lado de un chico rubio y ojos muy grises. Le parecía muy
lindo, pero para disimular no lo miró. A la mitad del viaje hacia el
campamento, el chico de su lado le
preguntó cómo se llamaba. «Rosa. Mi nombre es Rosa. Es un gusto hablar con
usted», le dijo sin mirarlo. Tan educada como siempre no perdió su seriedad.
«¿Su nombre cuál es?», le preguntó. «Ramiro.». El nombre del chico a su lado
era Ramiro.
Al llegar al campamento, salieron del
microbús y les asignaron sus cabañas para pasar la noche. A Rosa le tocó la
número 10 donde sus compañeros eran Micaela, una chica totalmente desconocida
para ella, Ramiro, Paco su vecino y Carolina.
Por la noche, Rosa decidió salir a
caminar al bosque, donde contaban que si se pisaba el suelo donde antes estuvo
la casa de la vieja Ana morirías devorado por los sabuesos que eran sus
mascotas. Como Rosa no sabía esa leyenda siguió su rumbo.
Sus compañeros de cabaña se despertaron
a causa del despertador de Rosa y se dieron cuenta de que ella no estaba. Así
que, salieron a buscarla.
Buscaron por todas partes: en el
comedor, baños, cabañas y salón de actos. A nadie se le ocurrió buscar en el
bosque hasta que Micaela dijo: «¿Creen que haya ido al bosque? Es tentador. Una
persona nueva en este campamento nunca se resiste a ir allí.». Todos buscaron a
Rosa en el bosque.
Carolina gritó tan fuerte que despertó a
los maestros. «¡¡¡Ahhhh!!! ¡¡¡Encontré a Rosa!!! ¡¡¡Es espantoso!!!
¡¡¡Rápido!!!», exclamó. Todos los compañeros se guiaron hacia dónde venían los
gritos.
Sí, era Rosa. Pero no estaba entera. Le
faltaban los dos brazos y piernas. Estaba toda descuartizada. Bajo ella estaba
un piso blanco que terminó siendo de su sangre.
Los chicos despertaron a los maestros a
sacudidas y gritos de desesperación. Le contaron todo lo que habían visto.
Acudieron a llamar por teléfono a sus padres y decírselo con calma. Ellos
lloraron durante tres días. Decidieron nunca más llevar a sus hijos a ese
campamento. Al menos el que le quedaba. Ahora esa leyenda pasó a ser algo
verdadero. A menos que Rosa se haya tropezado con algo muy afilado, pero era
dudoso.
Se dice que pasó a ser la vieja Rosa de
la leyenda. Y ya nadie se atreve ni a pisar los pisos de ese bosque.
Gonzalo
Martín Barragán. 1º ESO C
TERCER PREMIO (EX EQUO)
La
familia maldita
¡Hola,
niños!
Esta
es la historia más tenebrosa que vuestros oídos hayan escuchado jamás. ¿Os
atrevéis a escucharla? ¡¿Sois los bastante valientes?! Bien.
En
una oscura cabaña en el bosque de estas tierras se hallaba una familia
compuesta por un niño y sus padres. Esta familia siempre vivió en la pobreza,
solo se alimentaban de frutos y animales del bosque. Pero un día, cuando la
familia salía de caza, se dio cuenta de que se habían agotado todo tipo de alimentos de aquella zona.
Pasaban
los días y la familia intentaba sobrevivir: mataron al perro que tenían de
mascota y se lo comieron. La familia, muerta de hambre, se decidió y juntos fueron a lo más profundo del
bosque en el que nadie había estado jamás.
Esta
decisión no fue fácil, porque aunque había muchos alimentos allí, se decía que
estaba habitado por unos fantasmas. La familia se adentró en el bosque y en
cuestión de minutos, vieron su primera presa: un ciervo macho de más de un
metro y medio de altura con unos cuernos muy grandes.
Pudieron
atraparlo y se dispusieron a llevar
al ciervo a su cabaña, o eso intentaron. Se habían perdido y no sabían cómo
volver. No tuvieron otra que hacerse una mini base. Esa misma noche fue el
final de esa familia. Mientras se comían al ciervo oían ruidos extraños.
Pensaban que era el viento, pero no. De repente, entre las sombras se
iluminaron unos ojos rojos.
Segundo
tras segundo, se acercaban esos rojos ojos y se podían ver el rostro.
Eran
los cuerpos fantasmas de todos aquellos animales cazados por esa familia. Los
animales acabaron con sus vidas.
Por
eso, nadie más se atreve a ir al bosque, porque aún siguen ahí las almas de
aquella familia.
Daniel
Sola Bruque. 1º ESO C
MENCIÓN ESPECIAL
PRIMERA
La
caja misteriosa
Unai era un niño de 12 años que vivía en
un pueblo pequeño de Cataluña acompañado únicamente de su abuelo Rodolfo.
Un día Unai regresó del colegio y
encontré al abuelo en la cama.
˗Abuelo, ¿qué te ocurre?
˗Unai, me hago viejo. Ahora te toca
cuidar de mi secreto.
Unai quedó extrañado mirando al abuelo.
Rodolfo le dio una caja que teníoa un huevo y una carta.
˗Nieto mío, llegó la hora de descansar.
De repente, Unai oyó un ruido en la
caja. «¿Qué es eso?», pensó asustado y miró y vio cómo el huevo eclosionaba.
Unai no lo podía creer: del huevo salió un dragón al que llamó Haizea.
Unai cuidó a su dragón alimentándolo de
frutas y no le contó su secreto a nadie.
Un día el dragón creció tanto que ya no
cabía en su casa y una tarde mientras el niño estudiaba se encontró con una
carta del abuelo. Y en ella había un mapa. Una frase de la carta decía: «En el
volcán del prisionero estará tu dragón a salvo; él sabrá el camino.».
Unai, sin saber muy bien qué hacer, se
montó encima de Haizea y olió el mapa y de repente echó a volar.
Después de horas llegaron a un lugar,
que Unai nunca había visto.
Era un lugar precioso llevo de volcanes,
rocas extrañas y ríos que tenían un color dorado. Había un pueblo donde Unai
entró y conoció a una chica llamada Adela, que también tenía un dragón. Juntos
formaron una gran familia y fueron coronados reyes del volcán del prisionero
junto a sus dragones.
Iván
Ruiz Dana. 1º ESO C
MENCIÓN ESPECIAL
SEGUNDA
La
mejor futbolista
Había
una vez una niña llamada Iris. Siempre obedecía a su padre le gustara o no y
era una buena estudiante. En el instituto sus amigos en el recreo jugaban al
fútbol, pero ella no y se pasaba todo el recreo mirándolos. No jugaba porque su
padre le decía que el fútbol era un deporte para chicos y no para chicas. Iris
no aceptaba su decisión porque le parecía machista y a ella le gustaba mucho el
fútbol.
Todos
los días en el recreo las amigas insistían para que jugara, pero ella les decía
que no podía. Al día siguiente tenía tantas ganas de jugar que jugó. A partir
de ahí todos los días jugó, pero sin que
su padre se enterara.
Una
vez cuando salió del instituto, venía toda roja de haber estado jugando al
fútbol y el padre le preguntó que dónde había estado para ponerse tan roja.
Iris se puso tan nerviosa que le tuvo que decir la verdad. Él le gritó y le
dijo que si la veía jugando otra vez la arrestaría. A ella no le importó lo que
dijera, porque siguió jugando sin que la viera.
Un
día en el colegio le propusieron quedar por la tarde para jugar un partido
«chicas contra chicos» e Iris se apuntó. Por la tarde cuando llegó a su casa le
dijo a su padre que tenía que hacer un trabajo en casa de una amiga y le
preguntó si podía ir. El padre le respondió que sí. Entonces fue al partido.
Las
chicas iban perdiendo por 1 y de repente le pasaron el balón a Iris y ella
metió el gol. Miró para fuera de la cancha y vio a su padre. Él se quedó
sorprendido por lo bien que jugaba. Entonces le dijo: «Perdón por decir que el
fútbol era un deporte parea chicos». Después añadió que la apuntaría en un
equipo. Iris a partir de ahí se hizo una gran futbolista.
Manuel Rodríguez Ruiz. 1º ESO C
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